El cáncer comienza en una sola célula cuya transformación en tumor tiene varias fases en las que participa su ADN y factores del medio ambiente. Recordemos que el material genético de una célula está formado por su ADN cuya estructura es una larga cadena de cuatro tipos de unidades A, G, T y C. Los genes son segmentos de esa cadena y se encargan de definir la estructura y funciones de una célula, incluyendo su crecimiento y los mecanismos de control del mismo. Para que estos genes funcionen adecuadamente, en necesario que se mantenga la secuencia precisa de los cientos de A, G, T y C que forman a la cadena. En ocasiones, el orden de la secuencia se altera de diferentes formas, ya sea con el cambio de una sola letra por otra, o bien cambios mas grandes como la pérdida o inserción de letras de la secuencia. A estos cambios en la secuencia se les conoce como mutaciones. Cuando estas se acumulan en varios genes que participan en procesos como el control de la división celular o el mantenimiento de las funciones celulares, surge el crecimiento desmesurado del tejido perdiendo su forma y su función. Así, el cáncer puede ocurrir en cualquier tejido y a cualquier edad, manifestándose en diferentes formas dependiendo de su naturaleza, su ubicación y su nivel de crecimiento e invasión.
La Organización Mundial para la Salud señala que el cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo al ser responsable de mas del 10% de las defunciones. Se prevé que el número de defunciones por cáncer siga aumentando en todo el mundo y supere los 13.1 millones en 2030 (http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs297/es/). El cáncer no solo es un importante problema de salud sino que además tiene un alto impacto económico. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos estimaron en 2008 el costo anual del cáncer en ese país en $201,500 millones de dólares, $77,400 millones en costos médicos directos y $124,000 millones en costos por pérdida de productividad debidas a muerte prematura (www.cancer.org/cancer/cancerbasics/economic-impact-of-cancer).
El cáncer pulmonar es uno de los mas frecuentes y malignos que se conocen. Si bien la prevalencia es mayor en fumadores, también se presentan en no fumadores. Desafortunadamente la tasa de sobrevida en pacientes con cáncer pulmonar en los primeros 5 años es 16.3% y representa la mas baja comparada con otros cánceres como los de colon (65.2%), mama (90.0%) y próstata (99.9%) (http://goo.gl/D0TVNs).
Tradicionalmente, su tratamiento está en función de la clasificación del tumor cuando se analiza al microscopio. Sin embargo, las nuevas herramientas genómicas han permitido identificar algunas mutaciones en el ADN de los tumores que definen la respuesta al tratamiento. Es así que el análisis del genoma de los tumores ha comenzado a revolucionar la forma en como se clasifican los tumores, permitiendo generar sub-grupos que responden en forma mas efectiva a algunos tratamientos genómico (http://goo.gl/fLp6UZ). Desafortunadamente, el perfil genómico de los tumores no correlaciona directamente con la clasificación histopatológica que se hace al microscopio. Por ello cada vez es mas común que, además de los estudios clínicos e histopatológicos, se recomiende el análisis del ADN de cada tumor. Si bien actualmente el costo de este estudio hace difícil su uso rutinario, se recomienda cuando menos la búsqueda de mutaciones específicas que están definen la respuesta al manejo, a fin de prescribir tratamientos personalizados y mas efectivos. Por ejemplo, un subgrupo de pacientes con cáncer pulmonar de células no pequeñas tiene mutaciones específicas en el gen EGFR que determina la respuesta clínica al tratamiento con Gefitinib, pues estas mutaciones hacen que el tumor sea sensible al medicamento (http://goo.gl/EkmVYj). Por ello, se recomienda la búsqueda de estas mutaciones en pacientes con este tipo de cáncer pulmonar. Mas aún, la FDA recientemente aprobó el uso de Tarceva (Erlotinib) como tratamiento personalizado para pacientes con este tipo de cáncer en los Estados Unidos (http://goo.gl/z6KiMq). Otras opciones comienzan a emerger a partir de la medicina genómica. Tal es el caso de un estudio reciente que demostró la eficacia de crizotinib por vía oral para un subgrupo (2-7%) de pacientes con cáncer pulmonar de células no pequeñas en cuyo ADN tienen una mutación causada por la fusión anómala de dos genes: EML4 y ALK (http://goo.gl/5MVyLJ). Los resultados mostraron que este fármaco tiene la capacidad de reducir el tumor o mantener la enfermedad en forma estable. Cada vez es mas claro que los avances de la medicina genómica comienzan a ofrecer oportunidades para una práctica médica mas individualizada y efectiva.