El ADN contribuye a entender las causas del Alzheimer

La población de México, como de la mayoría de los países, transita hacia el envejecimiento de su población al reducir su tasa de natalidad e incrementar su esperanza de vida. Esto, aunado a la reducción de las infecciones, ha causado un cambio en la prevalencia de las enfermedades. Entre ellas, las neurodegenerativas se observan cada vez más en los adultos mayores. La Enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia en adultos mayores, afectando las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje, y puede incapacitar al paciente para desarrollar las actividades cotidianas más elementales. Si bien se han estudiado las acumulaciones anómalas de algunas proteínas en el cerebro de los pacientes, aún se desconocen con precisión las causas de esta enfermedad y no existe un tratamiento efectivo para ella. De acuerdo con el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud, en México más de 350,000 personas están afectadas por la enfermedad de Alzheimer y más de 2,000 mueren anualmente a causa de ella (http://goo.gl/6vsh2U). En Estados Unidos ocupa la sexta causa de muerte (quinta en mayores de 65 años). Se estima que en ese país, 5.4 millones de personas padecen Alzheimer, y se espera que sean 16 millones para 2050. El costo de tratar a los adultos mayores con esta enfermedad es de tres a nueve veces mayor que para aquellos sin la enfermedad. En 2011, este costo ascendió a más de $130,000 millones de dólares (http://goo.gl/NYttO7).

La cadena del ADN humano se encuentra en el núcleo de cada célula y contiene cerca de 21,000 genes que son segmentos de ella con capacidad de producir proteínas. Estas se requieren en diferentes momentos para llevar a cabo funciones o generar estructuras específicas. La expresión y represión de los genes genera que las proteínas estén en mayor o menor cantidad en diferentes órganos o momentos de la vida. Así, por ejemplo, hay genes que se expresan durante la gestación y se reprimen después del nacimiento, o bien que se expresan exclusivamente en las neuronas del cerebro.

Recientemente, se descubrió que la proteína REST regula la expresión de algunos genes y que está ausente en regiones críticas del cerebro en personas con Alzheimer y con alteraciones cognitivas leves (http://goo.gl/i5kRNU). El gen REST se expresa en los momentos en que las células del cerebro son más vulnerables: la primera, durante el desarrollo fetal, y la segunda durante el envejecimiento, cuando las neuronas son continuamente bombardeadas por estrés oxidativo y por acumulación de proteínas defectuosas, como la beta amiloide y las proteínas tau observadas en la enfermedad de Alzheimer. Al parecer REST reprime a genes que promueven la muerte celular y contribuyen a varias de las alteraciones celulares observadas en pacientes con esta enfermedad. Al mismo tiempo, REST parece activar genes que ayudan a las neuronas a responder contra agresiones.

Los investigadores modificaron el ADN de un ratón eliminando el gen equivalente al REST humano para observar los efectos de su ausencia. Estos ratones se desarrollaron en forma normal hasta convertirse en adultos jóvenes, pero conforme envejecieron, las neuronas del cerebro comenzaron a morirse en las mismas regiones del cerebro, como sucede en pacientes con Alzheimer: el hipocampo y la corteza cerebral. Esto sugiere que REST es necesario para que las células se mantengan vivas durante el envejecimiento. Experimentos similares en gusanos permitieron confirmar que este fenómeno ocurre también en otras especies. Recientemente, se ha descubierto una correlación muy cercana entre la pérdida de REST y la pérdida de la memoria, especialmente episódica o autobiográfica, como típicamente se observa en las fases tempranas del Alzheimer.

La proteína REST se produce fuera del núcleo de la célula pero requiere viajar al núcleo de la misma para cumplir con su función. Las evidencias señalan que en pacientes con Alzheimer, REST se ve secuestrada en el camino antes de llegar al núcleo de la célula. Esta alteración en la ruta de REST puede ser el primer paso en la ausencia de su función, haciendo más vulnerables a las neuronas en presencia de diferentes tipos de agresiones celulares. Los investigadores han comenzado a sugerir nuevos estudios con medicamentos como el litio, que ha demostrado incrementar la función de REST. Si bien estos hallazgos no resuelven el problema completamente, es claro que REST es una nueva pieza clave en la solución de este complejo rompecabezas (http://goo.gl/rGWNwz).


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